martes, diciembre 07, 2004

BREVES NOTAS Y RECUERDOS SOBRE LA PESTE: ORIZABA SESSIONS

Tengo ciertos “sentimientos encontrados”, pero no se porque Yuriria me trataba así. Y ahora resulta que he defraudé hasta a su hermana, que no debí comportarme así por teléfono y decirle “esas son mamadas”. Pero no se que demonios hice para que Yuriria me colgara. Puedo entender que no desee verme más, pero no entiendo esas actitudes que pareciese indicar que realmente como lo dijo ella, “fuiste solo un jueguito pendejo para mí”. No me dolería que fuese así, solo lo hubiese aclarado a tiempo y yo sabría si seguía tomando el rol que tomé en ese juego.

En ocasiones sentía una gran angustia por la huída de Yuriria, pero con cosas como las de eso días, lo cambié por un gran repudio. No había sentido este coraje desde ya hacía tiempo y se que no tengo que hablar de justicia, soy el menos indicado para hacerlo, pero le habré hecho tanto daño a Yuriria, como para que me trate con una insulsa y barata dignidad.

Por alguna razón, la soledad  no llegó después de su "pérdida", poco tiempo después de "terminar con Yuriria", conocí a alguien; y es extraño, no me importaba, pero yo a ella si. Pero no podía estar con alguien que  no me causaba estados de ánimo parecidos al ácido lisérgico. Yuriria era como el LSD, mi realidad era otra con ella, una que se inventó para sacudirse "un eterno compromiso", sin embargo, siempre los efectos se terminan. Pero estábamos en lo de esta mujer; decía sentir cierto grado de atracción por que soy un tipo raro, la dejé plantada en dos ocasiones, no contestaba sus mails y no me importaba saber si ella misma se llamaba atractiva y que no le interesaba nadie más. Realmente no sentía nada  y no pude mentirle: “Solo soy un intento de escritor, un borracho que ahora ya no puede beber como antes, no soportó ni la leche deslactosada y las resacas ya no son habituales, me da diarrea a cada rato y lo que mejor me sienta son las continuas visitas al Salón Orizaba".

Recuerdo el viernes de la mejor lectura de los Avengers; realmente no tenía expectativas grandes acerca de eso, el Orizaba se llenó, llegó gente que no pensé que fuese y dimos ----Alvaro y Yo---- una lectura realmente salvaje. Ya ebrios vociferábamos los poemas y nos desnudábamos. El público también se emborracho y acabamos en una gran borrachera. Ese día, después de la lectura fui con el rambo a comprar algo de comer; y días después que regresé al Orizaba, el rambo estaba ebrio, dormido en las sucias sillas del Orizaba. Israel y yo subimos al tapanco y comenzamos a beber. Tuve que bajar al baño y el rambo me saludó efusivamente y me comenzó a contar todo lo de aquel día. Lo recuerda mejor que yo, le regalé una botella de charanda, yo dejé de beber eso, me jode el estómago más de lo que ya está; el rambo comenzó a llorar y realmente eso me dolió,  es un pobre tipo que es más honesto que mucha gente con la que me he topado. No me cuesta nada, de vez en cuando llevarle una botella, eso es mejor que estar soportando ganchos al hígado de quien según te quiere. Todo el asunto de Yuriria comenzó porque alguien le hizo llegar información acerca de mí. Según esto, yo seguía viendo a Grissel y a Idalia y salíamos “en otro plan”, ja, pobre de ellas, como se atrevieron a involucrarlas de nuevo conmigo. Todo lo que le decían en esos mails a Yuriria fueron puros argumentos realmente estúpidos, pero en fin, ese fue el pretexto que ella tomó para terminar. Yo la notaba con flojera, creo que se aburrió de mí, lo peor es que no me lo hizo saber y yo seguí pensando en que todo iba bien.

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